Agricultura y medio ambiente
El calentamiento global y el cambio climático son ya una realidad. La variación de temperatura, así como los cambios en los regímenes de lluvias y el aumento de plagas y enfermedades están afectando a los cultivos, de diferentes formas dependiendo de las distintas áreas geográficas. Los suelos también se ven afectados, empobreciéndose el área cultivable debido a la desertificación.
El sur de Europa y en concreto España, están sufriendo especialmente estos efectos. Según un estudio de la organización agraria Unión de Pequeños Agricultores, un 93% de los agricultores españoles percibe ya este incremento de temperaturas y cambio en las precipitaciones, así como su impacto en los cultivos. La respuesta ante esta situación requiere de la implementación de técnicas de cultivo más eficientes y de unos cultivos más adaptados a un clima seco, así como especial atención a la conservación y correcta gestión del suelo y una potenciación de la biodiversidad y los polinizadores naturales.
De las 10 cuencas hidrográficas con mayor estrés hídrico de Europa, 7 se encuentran en la Península Ibérica (Agencia Europea de Medio Ambiente).
Según el MAPAMA (Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente), de los 50 millones de hectáreas que tiene el estado español, 37 millones corren peligro de convertirse en áridas, semiáridas y secas. A lo largo del siglo, un 80% del territorio corre peligro de convertirse en un desierto.
Desde la cooperativa Dendros promovemos la agroecología como un modelo social con el que hacer frente a esta realidad, tanto como estrategia de mitigación como de adaptación al Cambio Climático. Un modelo basado en la reducción de las distancias en los viajes de los alimentos y la creación de canales cortos de comercialización, así como en la producción de alimentos mediante sistemas agrícolas respetuosos con el medio ambiente. Defendemos la creación de redes de cercanía entre las personas que producen y las que consumen, basadas en la confianza y la solidaridad, que acerquen a nuestras mesas alimentos libres de productos de síntesis, que contaminan nuestros campos, ríos y acuíferos, a la vez que liberan enormes cantidades de dióxido de carbono en su producción.
Algunos ejemplos de nuestra implicación agroecológica son la puesta en marcha de Viveros de Mahora (enlazar con un vínculo), la dinamización de talleres sobre huerto escolar ecológico, o el más reciente proyecto Lo que da la Mata, que trata de generar una red de consumo responsable y solidario en un entorno rural como es el de La Manchuela.
Materiales desarrollados con el apoyo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha